Buscar en este blog

jueves, 24 de noviembre de 2011

Meditación



Los pensamientos ya no me controlan (Eckhart Tolle).

 
 
 
A mi ver, la meditación es el acto consciente de auto observación de las sensaciones físicas, de las emociones, de los sentimientos y del contenido mental.
Es enfocar la atención en el universo interno del ser: pensamiento, sentimiento, emoción, sensación física.
A partir de ahí la experiencia de cada persona que practique la meditación será única y personal.
¿Controlo mi mente? ¿Puedo estar un minuto sin pensar en nada?
Al observar un pensamiento, puede tomarse consciencia de cómo nace, surge, cómo se encadena con otro y este con otro, etcétera, y cómo, al observar, finaliza con otro pensamiento que por lo común suele estar muy alejado en relación y contenido con el pensamiento inicial.

 
 
 
Para hacer la prueba de saber, de conocer si controlo mi pensamiento, si tengo la capacidad de interrumpir el flujo mental, puede hacerse un ejercicio muy sencillo. Consiste en intentar observar el pensamiento durante un breve espacio de tiempo y comprobar si se piensa lo que se quiere o si, por el contrario, el pensamiento parece tener autonomía propia.

 
 
 
Martin Boroson es el inspirador del divertido siguiente vídeo en el que propone una meditación en un minuto, una meditación en un momento. Merece la pena estar atento a su propuesta que dura apenas 5 minutos. Con gran sentido del humor la proposición es magnífica, pues enseña cómo adquirir la habilidad de serenarse, de estar en paz, feliz, en bienestar, en tan solo un instante. 



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 

 
 
 
De un minuto a 10 días

 
 
 
Si un minuto parece poco, la Meditación Vipassana, tal y como la enseña S.N. Goenka en la tradición de Sayagyi U Ba Khin, ofrece seminarios en España, de 10 días de duración, en los que se puede experimentar cómo vivir con disciplina y silencio el método enseñado por Buda para la purificación de la mente.

 
 
 
 
 
La meditación es la metodología de la ciencia de la observación (Osho).

 
 
 

 
 
 
El dinamismo de Osho

 
 
 
Frente a la meditación en quietud, manteniendo una postura estable durante una hora, propuesta por Vipassana, Osho ofrece meditar en movimiento. Con música y ejercicio físico pretende conseguir el mismo efecto. Se dice que supone una mezcla de Buda y Zorba el Griego.

 
 
 

 
 
 
 
 
 

El autor de El poder del Ahora y Un nuevo mundo, en una entrevista (revista Namasté) responde a la pregunta ¿Cuál es el primer paso para acallar la mente?

 
 
 
 Tomar conciencia de que esos espacios [intervalo entre un pensamiento y el siguiente] existen en un día normal. Estás mirando a un árbol o al cielo, a las nubes, y es un momento en el que no hay ningún pensamiento. Solamente la percepción y la conciencia a través de la cual la percepción sucede. Un espacio.
El primer paso consiste en darse cuenta de que, sin hacer nada, algunos espacios existen en mi vida. Después se pueden buscar esos espacios activamente. Yo recomiendo hacer cosas que uno hace normalmente como lavarse las manos, tomar un café, ir de aquí a allí, entrar en la escalera, subirse al ascensor… tomando conciencia de acto y del momento, sin hacer de ello un medio para un fin sino un fin en sí mismo. Lavarse las manos sintiendo el agua, el jabón, secarse las manos… Solamente la percepción y la conciencia.

 
 
 
Otra cosa que también recomiendo es cuando entras en tu coche, cierras la puerta y te quedas unos treinta segundos sin hacer nada, sentir el cuerpo, la vida dentro del cuerpo. No es mucho, 30 segundos, pero muchos de estos momentos en un día inician un cambio. Esos pequeños momentos en los que no pensamos sino que estamos conscientes sin pensar.

 
 
 
Es más importante tener muchos momentos pequeños durante el día que estar en una meditación de media hora cada día y luego pasarse el día sin tener espacios. Entonces empieza un cambio, surge la conciencia no condicionada, la conciencia pura. Lo demás, los pensamientos, son una forma de conciencia condicionada por el pasado.

 
 
 
Casi toda la gente está atrapada en un sentido del ‘yo’ que depende de los pensamientos condicionados y una imagen mental que tiene de “quién soy”, o sea una identidad que depende de los pensamientos. Eso significa moverse por la superficie de la vida sin nunca ir más profundamente.
Una vida de ese modo se hace muy insatisfactoria, siempre hay sufrimiento. Si tu vida se desarrolla solamente en la superficie del ser, que es cuando te identificas siempre con los pensamientos, entonces le falta la profundidad y sufres.

 
 
Aunque cada meditador tiene su propósito, el elemento común es el intento de alcanzar un estado de calma y de paz interior, facilitado por una respiración natural y relajada.

 
 
En fin, parapoetizando al poeta Antonio Machado:
 Meditante no hay camino,
Se hace camino al meditar,
Al meditar se hace camino,
Y al volver la vista atrás,
se ve la mente que nunca
has de volver a olvidar.
Meditante no hay camino,
sino un oscuro mar de consciencia.

Enlaces
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario