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martes, 15 de marzo de 2016

Amor y ego / Osho



Osho

Amiga Aurora me regaló para mi natalicio Meditaciones para empezar el día, de Osho, de quien se dice que no escribía, sino que hablaba a sus seguidores.
Me gustaría compartir un texto relativo al amor y a su relación con el ego, según la visión de Osho.


“El amor es aquello que requiere mayor valentía en la vida, por la sencilla razón de que el requisito básico para dirigirse al mundo del amor consiste en disolver tu ego.

Nos apegamos al ego más que a nada.  Estamos dispuestos a morir por él, pero no estamos dispuestos a dejar que éste muera, porque nos define, nos da una identidad. 
Osho


Nos da una existencia separada. Nos hace sentir importantes, significativos. Sin embargo, dado que el ego básicamente es un fenómeno falso, todos estos sentimientos se asientan sobre una falacia; de ahí que en lo más profundo siempre seamos conscientes de que la importancia que el ego proporciona es falsa, es falaz. Lo sabemos pero no lo sabemos. 
Somos conscientes de ello y a pesar de ello no lo queremos saber. Somos conscientes de ello, pero queremos olvidar. Ese es el dilema humano.

Dirigirse hacia el amor significa salir de ese dilema, abandonar la falacia, abandonar lo falso y lo fingido, y ser simplemente una no-entidad, una nada. Sin embargo de esa nada surge algo de inmenso valor. La vida se convierte en una celebración”.

Osho
Meditaciones para empezar el día.
Ed. EDAF, pág. 94

Comentario

El ego y el amor son dos asuntos centrales de la reflexión sobre la dinámica del ser  humano.
En este blog se ha dado información, hipótetica, relativa al Volador: ser inórganico que se alimenta de nuestra energía y nos da el ego, los apegos y la mente (la otra mente). En este sentido el ego sería algo dado por un  ser inorgánico para sus intereses energéticos.
Por tanto la falsedad de la que habla Osho hay que tomarla con perspectiva, hipotéticamente.
A mi ver, el amor es lo que une a todos los seres creados y a su creador: la Fuente, el Espíritu, el Ser, el Soplo (Qì), el Ki, el Intento…
Obviamente cualidades como la humildad y la ausencia de importancia personal debilitan al ego y favorecen el amor.

Desde la visión de los chamanes del antiguo México, contada por Carlos Castaneda, Armando Torres y Miguel Ruiz (a quien llama Parásito), el Volador puede ser tomado como un desafío para el ser humano. Se le puede agotar con silencio interno (cese del diálogo interior), e hipotéticamente, si ese ser inorgánico deja en paz al silencioso disciplinado, se libera del ego, de los apegos y de la otra mente.

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