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jueves, 22 de noviembre de 2012

Ego

Ego

"A todos nos gustaría pensar que somos perfectos, pero, a pesar de repetidas resoluciones todos nos  sorprendemos incontables veces, siendo menos de lo que nos gustaría ser.
La causa de esto es ahamkara o el ego".
"El ego es el aspecto auto-arrogante de la mente. Es quien separa al individuo de la unidad con otros y con su propio interior..."
"Ahamkara es el mayor obstáculo para la tranquilidad, ya que es lo que ocupa todas las mentes, independientemente de que los individuos sean mejores o peores, posean más o menos, o tengan mayor o menor poder. 
Sus formas son el deseo, el orgullo, la cólera, la decepción, la avaricia, los celos, la lujuria y el odio".
"Es el aspecto de la mente más difícil de controlar, puesto que su naturaleza es tal que engaña incluso cuando se está tratando de superarlo". [Suami Vishnu Devananda, Meditación y Mantras].

Suami Vishnu Devananda

"Las calamidades son debidas al ego. Las agonías son debidas al ego. El deseo es debido a la sujeción al ego; no hay mayor enemigo que el ego". [Sri Sankara, Vivekachudamani, citado por Devananda].


"Ahamkara es la causa de toda esclavitud y es el principal obstáculo para experimentar la Realidad interna".



A mi ver se puede establecer un cierto paralelismo entre las formas del ego (el deseo, el orgullo, la cólera, la decepción, la avaricia, los celos, la lujuria y el odio) referidas por Devananda, de tradición hindú y la descripción de Sogyal Rynpoché, maestro tibetano, de "lo que compone nuestra mente ordinaria [sem]: ira, codicia, celos, rencor, crueldad, lujuria, miedo, ansiedad y confusión".


El hecho de que ambos autores le den al ego una personalidad capaz de engañar incluso cuando se trata de superarlo, es compatible con la afirmación de los toltecas de la existencia de la mente foránea.


Meditación y Mantras

Las citas están tomadas de Suami Vishnu Devananda, Meditación y Mantras, Alianza Editorial, 1980, pág. 16.




En la lección 25.2 del Libro de ejercicios de Un curso de milagros, se lee:

"Tú percibes al mundo y a todo lo que éste contiene como significativo desde el punto de vista de los objetivos del ego. Estos objetivos no tienen nada que ver con lo que más te conviene, ya que tú no eres el ego. Esta falsa identificación no te permite entender cuál es el propósito de nada. Consecuentemente, no puedes sino hacer un uso indebido de ello. Cuando creas esto, te esforzarás por retirar los objetivos que le has asignado al mundo, en vez de intentar reforzarlos".


La lección 66.7 del Libro de ejercicios, de Un Curso de milagros, abunda en este asunto: "(…) tu mente sólo tiene dos partes. Una de ellas la gobierna el ego y se compone de ilusiones. La otra es la morada del Espíritu Santo, donde reside la verdad. Sólo puedes escoger entre estos dos guías, y los únicos resultados que pueden proceder de tu elección son el miedo que el ego siempre engendra o el amor que el Espíritu Santo siempre ofrece para reemplazarlo".

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